A paso lento como algo cansado, se acerca Jesualdo, acomoda su silla asegurándose para no caer y luego de comprobar que puede con su peso, logra sentarse. Deja ver una sonrisa agotada, pero aun así todas las tardes se reúne con sus amigos, todos entrados en años, para jugar dominó, su única distracción.
Ortiz Cabrales, fue secuestrado el 20 de agosto de 1997, dice que fue la guerrilla del EPL aunque se tengan registros de la desmovilización de ese grupo armado ilegal para el año de 1991. Siete meses duró su cautiverio, los cuales, cambiaron su vida para siempre.
A mediados de la década del 90, era conocido como uno de los hombres más prósperos de Riohacha. Inició trabajando con un depósito de madera, luego obtuvo otro hasta convertirse en el duelo de la hoy conocida Ferretería La Casita. Luego incursionó en el mundo de la construcción siendo la primera persona que ejecutó un proyecto de vivienda de interés social en la capital de La Guajira.
Estando en la selva, muy cerca de la Sierra Nevada de Santa Marta, indagaba a sus captores el porqué de su secuestro, sin embargo, estos se limitaban a decir que era solo por intereses económicos y que debía aportar a ‘la causa’. Fue liberado el 26 de febrero de 1998, luego de pagar una suma superior a los 1500 millones de pesos.
Debió salir de todo, la ferretería, los depósitos de madera, casas que había adquirido, una volqueta y además de ello, su familia debió hacer varios préstamos para lograr reunir la cifra entregada al grupo guerrillero. De eso sólo recibió, por parte de Gobierno, una cifra cercana a los 20 millones de pesos como reparación.
Hoy sufre de Parkinson, cree que su enfermedad le provino del secuestro y esta le ha complicado su movilización. Ya no es el hombre vigoroso que reconoce entre risas haber sido; un enamorado de las mujeres, un ‘bandidazo’, dice. De ese amor por las mujeres le quedan 18 hijos. Es evidente su agotamiento físico y, por muy fuerte que se muestre, su espíritu de persona rígida logra fragmentarse al relatar su anterior vida, quizás, sea la nostalgia que con recuerdos invaden su presente.
LAGUAJIRAHOY