La Mpox es una de las tantas enfermedades infecto contagiosas que, pueden causar un brote o erupción, que en estos casos, puede ser dolorosa y acompañada de inflamación de los ganglios linfáticos, fiebre, múltiples dolores, de cabeza, musculares, de espalda, cansancio o fatiga fácil. En su evolución de alrededor de 1 a 4 semanas, la mayoría de las personas se recuperan por completo, pero algunas pueden tener complicaciones graves que incluyen la muerte.

La organización Mundial de la salud (OMS) ha declarado la emergencia en Salud Pública de tipo internacional, es decir, se debe tener, al menos en los países pertenecientes a la OMS, unas medidas urgentes para evitar, que el Mpox, impacta gravemente a la población en donde llegue el virus. ¿Qué significa esta decisión, es correcta o acertada?

En primer término, debemos reconocer nuestros pecados, las actuaciones de Salud pública mundiales, no pudieron evitar el desastre de una pandemia, como la del covid-19, que todavía está presente. Sin la utilización de la vacunación, todavía estuviéramos aislados, encerrados y con un número de muertes inimaginables.

No hemos reconocido nuestros pecados, siendo lo primero que deberíamos hacer. El análisis profundo y las consecuencias de la pandemia, no se ha hecho, a pesar de contar con una experiencia mundial, que nos mostraría todos los errores cometidos, dándonos la oportunidad de corregirlos. La evaluación, no es una discusión política, necesita de la ciencia y la forma ordenada ante evidencias actuales, contando con todos los adelantos tecnológicos y científicos que sean necesarios, y la participación de diferentes especialidades, que además de la Infectología, nos permitan tomar las medidas necesarias, no solamente para evitar la llegada del Mpox sino de otras epidemias y pandemias de las que, de no adoptarlas en forma consecuente, como la aplicación urgente de vacunas. 

Lo primero que deberíamos tener, es como en la guerra, un ejército bien formado y preparado para cumplir con una lucha que ya confirmó que, de no hacerse con juicio, y contar con generales, y personal entrenado, nos costaría más por lo que dejamos de hacer y no hicimos. El comando mayor, en nuestro caso, el Presidente de la República y su Ministro de Salud, deben mostrar toda su capacidad de mando y manejo de una situación que no se va a cambiar, tomando únicamente medidas urgentes o del momento.

¿Qué podemos hacer? ¿Nos espera otra pandemia? ¿Tenemos el ejército, personal de salud, que necesitamos, entrenado y preparado? ¿Es este el momento de meternos en reformas de salud sin tener en cuenta la anunciada tormenta de una nueva pandemia?

Actualmente, no tenemos la conducción y el direccionamiento principal, ni el equipo preparado. Tampoco las estructuras necesarias y una logística de funcionamiento, junto con las apropiaciones económicas necesarias.

Tenemos, además, un enemigo más en la calle, la corrupción, que en la salud principalmente, debe desaparecer, para que no la sigan llevando a situaciones peores a las actuales. 

Es el momento, de hacer el llamado, a todos los que se hayan formado en el manejo de las enfermedades infecciosas, para que participen y fijen su posición ante semejante problema. Y al gobierno que, debería cumplir, con las recomendaciones científicas actualizadas, y consensuadas, para lograr una respuesta, difícil pero necesaria.

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Alvaro.Villanueva
Viernes, Septiembre 6, 2024 – 00:00
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La alerta por la viruela símica, (mpox)

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